Editar «LA DANZA DEL CORRI-CORRI»
Cuando uno se Aproxima a la Historia del Corri-Corri se da cuenta de que está adentrándose en lo más profundo de las creencias humanas, en la representación de un antiguo rito, reflejado, se cree en algunas muestras pictóricas esquemáticas de algunos santuarios de arte paleolítico, como las Cuevas de Cogull (Lérida).
Hablar del Corri-Corri es hablar de la querencia de un pueblo por sus tradiciones. Se ha conservado a través del tiempo en Arenas de Cabrales, transmitiéndose de padres a hijos como una herencia colectiva que mantiene un vigor y un arraigo envidiables.
Esta ancestral danza es de origen desconocido. Son varias las hipótesis sobre dicho origen, unos dicen que es una danza religiosa; otros creen ver en ella un rito funerario, pero en realidad nada se sabe con certeza ni hay escrito nada sobre su invención.
Ya lo dice el cantar:
Es de suyo el Corri-Corri tan sumamente anticuado que no se sabe de nadie que diga quien lo ha inventado. Antiguos son nuestros trajes, antiguos los abalorios y más antiguos aún el tambor y los pandorios. Es de Arenas exclusiva esta danza regional, y aunque humilde sus mudanzas se aprecia por lo moral. (D. Anselmo de Caso 1875-1954)
El baile del Corri-Corri consta de cinco a siete componentes aunque el número puede variar (no menos de cinco) y un bailador denominado “bailín”. Consta también de un grupo de tocadoras-cantadoras (normalmente todas mujeres) ataviadas con el tambor y los pandorios.
Mientras se ejecuta el baile, las tocadoras cantan y tocan simultáneamente un antiquísimo romance religioso, cuyo primer cuarteto dice así:
Válgame Nuestra Señora Válgame la Madre Santa, Válgame Nuestra Señora, Nuestra Señora me valga.
Al compás del tambor y los pandorios comienza el “bailin” su danza ante las mozas, a las que previamente saluda cortés descubriendo su cabeza. Con su arte comienza a llamar la atención de las mozas con saludos, vueltas y saltos. La mujer rehuye esta llamada y se muestra esquiva para después, acercarse dulce y cautivadoramente cuando aquel se aleja dolorido por su desapego. Todos los movimientos han de ser al compás del tambor.
Como toda manifestación folclórica ha tenido altibajos hasta principios del siglo XX Don Anselmo de Caso, quien es conocido como padre por antonomasia del Corri-Corri actual, coge las riendas. Bajo su dirección se recorrió la geografía española y estuvo presente en los actos más destacados de su época, en Santiago de Compostela, en la ceremonia de la vuelta de la Santina a Covadonga tras la Guerra Civil, en la ceremonia de la Virgen de Covadonga en 1917, en la Exposición Universal de Barcelona de 1929, se bailó también ante el Rey Alfonso XII, ante los reyes eméritos y los Reyes actuales, ante el Papa Juan Pablo II… Es decir, aunque no se prodiga mucho, nuestra danza está siempre presente en todo cuanto acontecimiento de relieve se celebre.
Durante los últimos 30 años el grupo también ha hecho actuaciones a nivel europeo, en el Festival Intercéltico de Lorient (Francia), Burdeos (Francia) en varias ocasiones, Polonia, Bruselas… Además ha estado presente en varios acontecimientos relacionados con la montaña como en la inauguración del primer refugio en la Vega de Urriellu (Naranjo de Bulnes) en 1954, en la inauguración del refugio de alta montaña en el Jou de los Cabrones en 1968, tras las peligrosas ascensiones al Picu Urriellu entre 1969 y 1973, en la apertura de la emblemática vía “Sueños de Invierno” en 1983, en el centenario de la primera ascensión al Picu en el año 2004, etc.